Después del primer viaje que Bolívar realizó, en el cual contrajo matrimonio con María Teresa Rodríguez del Toro y Alayzar a quien consideraba “joya sin tacha de inestimable valor” (Guillermo Morón, Juan Carlos Reyes y Vinicio Romero, 2003), llega a su país a renunciar al disfrute de su matrimonio y sufrir la muerte de su esposa luego de ocho meses aproximadamente. Dadas las circunstancias, Bolívar decide realizar un segundo viaje, buscando apaciguar el sentimiento de pena que lo poseía.
En 1804, el primer lugar que nuestro protagonista visita en su viaje, es España (Cádiz), pero una escasez de alimentos produce que el gobierno exigiese que los extranjeros abandonaran la ciudad. En continuación de su viaje, llega a Francia, donde tiene el privilegio de presenciar la proclamación de Napoleón Bonaparte como emperador, (Bolívar lo admiraba por guerrear, por sus dotes de estadística y la aceptación y aplauso que recibía del pueblo), más no duró por mucho tiempo su admiración, pues ésta se desvaneció al presenciar el acto de coronación de Bonaparte como emperador de Francia, le hizo recordar la esclavitud en su país e imaginarse la gloria que recibiría el que liberase. A pesar de los acontecimientos, Bolívar disfrutó de fiestas y actividades de diversión y se codeó con nuevas amistades, haciendo referencia directa a “Louis Jeanne Denis de Trobriand”, con quien mantuvo una relación de enamorados, todo esto debió apartarlo un poco del sufrimiento de su gran pérdida sentimental antes mencionada.
Las conversaciones que contraía Bolívar eran de carácter político principalmente y con infinita libertad, a causa de la revolución apenas producida en Francia, he allí el comienzo de su formación libertadora en este viaje.
Se sabe que Simón Rodríguez (uno de los profesores de más brillo e importancia por su influencia sobre las ideas de Bolívar), manejaba en cierta forma la constitución económica de la riqueza de nuestro protagonista, pero este último mencionado, al ver cómo su fortuna iba en ascenso, se negó a resistirse del disfrute de la misma, por lo que su tutor se distanció por un tiempo de él, (período que aprovechó para perfeccionar su formación intelectual y retomar sus lecturas predilectas: escritos de Montesquieu, Plutarco, Rousseau y Voltaire). De allí ideas en contra del régimen monárquico absolutista y a favor del desarrollo del pensamiento del hombre como objeto de real importancia e igualdad, con capacidad de tomar propias decisiones.
Llega el viajero principal a Italia, donde presencia también los preparativos que se llevaban a cabo para la coronación de Bonaparte como rey del país. (Acción criticada por Bolívar por su premura de dominar al mundo).
Además, leyó también escritos de autores políticos que contribuían con los movimientos que se llevaban a cabo en Italia.
Los viajeros, basándonos en Bolívar observaban lo que a su alrededor sucedía y comentaban pensamientos, que fueron compactando la idea liberadora del mismo.
Continuando su viaje, llega a Roma y el 15 de Agosto de 1805, pronunció el “Juramento del Monte Sacro”, en el cual “juraba” que no descansaría hasta lograr la libertad para su patria, que a mi juicio, fue un acto simbólico de sentimentalismo venezolano para plantearse una meta, la de conseguir la igualdad y libertad en todos los ámbitos para el pueblo.
Finalizando su viaje pasa por el norte de Francia, Bélgica y Alemania, teniendo prácticamente concretada la idea de libertad que sería un propósito a cumplir en su vida. Luego de tres años fuera del continente, en 1807 llega a Estados Unidos, donde ha de estar poco más de tres meses, en ese mismo año retorna a Caracas-Venezuela y en 1808 se integra a la vida política.
En su segundo viaje, Simón Bolívar visita los países: España, Inglaterra, Francia, Portugal, Italia y parte de Australia, Bélgica y Alemania, fue una de las facetas más importantes en cuanto a establecer sus idealismos y creencias políticas, un período de descanso y aventura, de disfrute sin preocupación más que la política, que no era preocupación sino, interés en conseguir la libertad y la igualdad para los hombres sin distinción de razas o creencias.